
Lo cierto es, que al llegar la ruptura o la separación siempre los más perjudicados son los niños, puesto que en muchas ocasiones se observan las disputas entre los padres por la custodia, como van a ser las visitas, en que casa van a pasar navidad, semana santa y otras festividades, y se generan las competencias entre los mismos padres y hasta los egoísmos para no dejar ir al niño, y en otros casos, suele suceder que los niños son los últimos en enterarse de la separación de sus padres, se levantan una mañana y se dan cuenta que falta papá o falta mamá, y sin mas explicación, se asume que el niño entendió y no se le explica.
Situaciones que con el tiempo comienzan a generar malestar en el niño y se manifiestan, tanto en casa como en el colegio, observando algunas de las siguientes, agresividad, apatía en sus labores cotidianas, malas calificaciones, dificultad para integrarse grupalmente, llanto con facilidad, berrinches con frecuencia, culpar a uno de los padres y generar rechazo hacia éste, culparse así mismo por considerar que no fue buen hijo entre otros.
Por ello es de vital importancia, conversar con nuestros hijos acerca de los problemas que se están generando en casa siendo lo más honestos posibles y sin culpabilizar ninguno de los miembros de la familia, ya que como es conocido la disolución marital, influye de manera directa en el deterioro de la vida de la estructura familiar, y si, no se es cuidadoso el estrés de esta situación puede generar crisis de ansiedad y angustia, debido a que los niños no comprenden la crisis y no saben como ayudar a solucionar.
Por consiguiente, es recomendable hacerle frente al niño de que va haber una separación y señalar que dicha separación no se debe a él, y explicar que a veces las parejas necesitan separarse para no hacerse daño, lo más aconsejable, es asistir a un especialista, para que la disolución sea amistosa y entrenar a los padres de cómo actuar con su hijo en esta situación.
Más información: http://www.psicologiadelasaludfamiliar.blogspot.com/
Correo: xdesiree@cantv.net
Situaciones que con el tiempo comienzan a generar malestar en el niño y se manifiestan, tanto en casa como en el colegio, observando algunas de las siguientes, agresividad, apatía en sus labores cotidianas, malas calificaciones, dificultad para integrarse grupalmente, llanto con facilidad, berrinches con frecuencia, culpar a uno de los padres y generar rechazo hacia éste, culparse así mismo por considerar que no fue buen hijo entre otros.
Por ello es de vital importancia, conversar con nuestros hijos acerca de los problemas que se están generando en casa siendo lo más honestos posibles y sin culpabilizar ninguno de los miembros de la familia, ya que como es conocido la disolución marital, influye de manera directa en el deterioro de la vida de la estructura familiar, y si, no se es cuidadoso el estrés de esta situación puede generar crisis de ansiedad y angustia, debido a que los niños no comprenden la crisis y no saben como ayudar a solucionar.
Por consiguiente, es recomendable hacerle frente al niño de que va haber una separación y señalar que dicha separación no se debe a él, y explicar que a veces las parejas necesitan separarse para no hacerse daño, lo más aconsejable, es asistir a un especialista, para que la disolución sea amistosa y entrenar a los padres de cómo actuar con su hijo en esta situación.
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